¡Difícil situación del agro en Boyacá!
Campesinos productores de papá en #Ventaquemada y todo el departamento trabajan a pérdidas. Ventaquemada es uno de los mayores...
Nota Periodística
#SomosRedAlterna NOTA El 2016 fue el año de la esperanza, con el corazón cargadito de amor y unas gan
as enormes de al n cambiar la realidad que nos tocó vivir, salimos a las calles para hablarle a la gente de paz, ya no como una utopía, sino como un futuro posible; nos devoramos el documento del acuerdo para la terminación del confl
icto y la construcción de una paz estable y duradera, hablamos de pedagogías, durante días y noches preparamos las mejores formas de transmitir el mensaje a las comunidades. Por esos días, tuve la oportunidad de llegar a Bolívar- Cauca, en la cancha de una vereda nos reunimos con aproximadamente 20 personas, de todas las edades, hombres y mujeres, todos y todas con muchas expectativas, también miedos y desconfianza, “¿quién nos garantiza?”, “de eso tan bueno no dan tanto”, eran frases comunes frente a cada punto explicado. Mientras uno de mis compañeros, maestros de este camino, explicaba la metodología del plebiscito, un señor de unos 70 años e acercó para hacerme algunas preguntas. Era un hombre de estatura media, con un bigote canoso y sombrero, pantalón de paño y camisa, me recordó al instante a mi adorado abuelo, así que me senté con él en una esquina del lugar -Aproveche para hacer todas las preguntas que tenga, porque después usted nos va a ayudar a convencer a más gente de votar - le dije -Señorita, yo la verdad no sé si quiero votar, a mí me da miedo, mire que acá hace unos días llegaron unas personas de la ciudad, nos dijeron que ese acuerdo era solo para traer el comunismo acá y yo a eso del comunismo si le tengo miedo Mientras hablaba, el señor se frotaba sus manos y mantenía la cabeza agachada, era evidente que cuando hablaba de miedo, de verdad lo estaba sintiendo, así que, con toda la tranquilidad, así como me enseñaron mis maestros, intenté acabar con sus temores. -Mi señor, cuénteme para usted ¿qué es el comunismo? - -Pues vea, acá nos dijeron que es cuando el gobierno le quita a uno todo lo que tiene para entregárselo a otras personas y a mí no me parece justo que le quiten a uno lo que uno consiguió trabajando toda la vida para regalárselo a otros que están cruzados de brazos- - ¿Cómo es eso?, ¿qué cosas quitan? -Nos dijeron que por ejemplo si yo tengo dos gallinas y mi vecino no tiene, entonces a mí me toca darle una- dijo con evidente molestia -Bueno, no es tan así, en la teoría, lo que el comunismo dice es que, si usted tiene dos gallinas y 5 hijos, su vecino 1 gallina y 4 hijos, y otro vecino tiene 100 gallinas y 2 hijos, entonces ese vecino debe compartir los huevos o las gallinas con ustedes que tienen una necesidad más grande que él, pero es difícil saber cómo funcionaría porque en realidad no conocemos un país que sea comunista- - ¿y Venezuela? - -Venezuela no es comunista La conversación siguió con muchas preguntas y ejemplos, hasta que al nal el señor me dijo -sabe qué señorita, uno es muy pendejo tenerle miedo a algo que nunca ha visto, en vez de tenerle miedo a todo lo que vivimos, yo no quiero ver más muertes y si la cosa es tan diferente a como la estaban pintando, pues yo creo que sí voy a votar Mentiras como esta, temores como esos, abundaron en toda la campaña del plebiscito, de esta manera la campaña por el no logró imponerse. Pese a esto, con modificaciones, el acuerdo de paz se armó y en los territorios la esperanza siguió latente. En las noticias hablaban de hospitales militares vacíos, En el 2018 trabajé en un proceso de evaluación de la primera etapa de proyectos relacionados con el acuerdo de paz, entre muchas cosas, los líderes comunitarios y las instituciones resaltaban la desfinanciación que los proyectos (en un principio exitosos) estaban sufriendo, generando múltiples problemas y en algunos casos la desaparición del programa. Recuerdo el caso de Manos por la Paz, un programa de pasantías en las que, con organismos como el PNUD, se llevaba a jóvenes de distintas carreras universitarias a los municipios PDET, en general el programa fue un éxito, las administraciones y población estaban felices con la dinámica que los y las jóvenes llevaban a los territorios; quienes tuvieron la oportunidad de hacer las pasantías contaban hermosas experiencias en las comunidades. La segunda generación de Manos a la obra encontró innidad de problemáticas, como la falta de recursos para la realización de actividades o incluso la escases de recursos para satisfacer necesidades básicas como la salud, la tercera generación recibió menos recursos y no hubo una cuarta. Las personas de las comunidades valoraban lo sucedido entre 2016 y 2017, hablaban de la tranquilidad que se vivía en los territorios, de las nuevas dinámicas que les permitían soñar, sentir que el cambio estaba ahí, que la paz que durante años creyeron imposible, ahora estaba ahí, la estaban palpando; un señor de Miranda, comentaba que había ido de paseo a lugares de su municipio que antes no conocía porque les estaban vetados, pero después, al preguntarles por el futuro, inmediatamente hablaban del nuevo gobierno, - Todo ha estado bien hasta ahora, pero el día que ganó Duque empezaron a pasar cosas de las que es mejor no hablar-, -Fue bonito, ya conocimos lo que es vivir en paz, pero con el nuevo gobierno se va ha acabar todo-, son muchas las frases que me retumban en la cabeza, son muchos los rostros de nostalgia que en días como hoy no puedo evitar recordar. El año pasado, mi trabajo me llevó a rinconcitos del Cauca, en los que en cada visita encontraba más temor; la primera vez que fui a Guapi las casas permanecían con las puertas abiertas, se escuchaban noticias de muertes y guerra, pero aún lejos, en el último viaje, encontré puertas cerradas en todas las calles, una tarde en medio del almuerzo las vecinas llegaron asustadas porque acababan de matar a alguien a escasas 2 cuadras, a inicio de año, ese muerto fue uno de mis estudiantes. En Jambaló, sentada en la mesa de una familia, hablaban sobre el miedo que sentían porque la guerra estaba regresando, -nosotros que ya nos estábamos acostumbrando a dormir hasta tarde- decían entre risas, -se lo juro profe, acá antes todo el pueblo estaba despierto desde las 3 de la mañana porque en cualquier momento se escuchaban los bombazos, la matraca y tocaba salir a encontrar escondite, pero como en 2 años no pasaba nada, estábamos ya volviéndonos perezosos, ahora pues a madrugar otra vez porque la cosa se está calentando Son muchas las historias que se pueden contar, sentimientos que rondan en cada calle de este país que no se cansa de resistir y de insistir. Ellos prometieron hacer trizas la paz, una paz que les incomoda pese a la tranquilidad de las comunidades que realmente han vivido la guerra, ahora vemos cómo lo están logrando, han vuelto a cubrir el verde de las montañas con el rojo de la sangre, han acabado con la tranquilidad de aquellos rinconcitos que por primera vez estaban viviendo como se debe vivir: sin miedo. En días como hoy solo quiero recordar que aún quedamos personas que soñamos, que creemos y que trabajamos por la paz, aún hay quienes creemos que este país y cada uno y una de sus habitantes se merecen una vida distinta, más tranquila y con mejores oportunidades. Pese a las noticias cargadas de dolor que día a día se hacen más comunes, seguimos imaginando futuros posibles y un día no muy lejano lo lograremos, esa es nuestra promesa.
Popayán
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